Hablarán bien, o mal, pero hablarán

Esto me decía Rubén Weinsteiner (www.weinsteiner.net), especialista en campañas 2.0, durante un almuerzo que nos dedicamos a desgranar la Web 2.0 y las consecuencias para las empresas y organizaciones.

Y agregaba: \"si tú no hablas de tu empresa, otros lo harán, bien o mal, eso de-penderá de muchas cosas, pero si no tienes esto en cuenta, si tienes una actitud pasiva frente a este fenómeno, estarás perdiendo enormes oportunidades e incluso podrás ver tu esfuerzo de marca seriamente afectado\". 

Me impactó lo simple y poderosa que era esa frase. Si tiene dudas, compruébelo usted mismo. Busque en Google su marca favorita de yogur, de analgésico, un libro, una línea aérea, un champú, un modelo de MP3, una marca de fósforos o incluso su empresa, sus productos, sus servicios o usted mismo. 

Cuanto más consumidores, más páginas, más contenidos, más comentarios, más corrillos en los que se habla de lo que a usted le interesa. Mal o bien, o más precisamente, mal y bien. Los nuevos corrillos, los corrillos 2.0. 
¿Qué es lo que está pasando? 
¿Se trata del resurgimiento del prosumidor que Alvin Toffler mencionaba en el libro \"La tercera ola\"? 

Interesa repasarlo: \"Por encima de todo, como veremos, la civilización de la tercera ola comienza a cerrar la brecha histórica abierta entre productor y consumidor, dando origen a la economía del \"prosumidor\" del mañana. Por esta razón, entre muchas otras, podría resultar -con un poco de ayuda inteligente por nuestra parte- la primera civilización verdaderamente humana de toda la Historia conocida\". 
¿Seguramente Toffler no imaginó Facebook, MySpace, los bloggers ni Google, sin embargo, cuanto hace de realidad al prosumidor hoy, la web 2.0 aquél mencionado casi treinta años atrás? 

Ya en 2006, la Time le otorgó el Person of the year al prosumidor y cuestionaba la vigencia de la teoría de Thomas Carlyle, según la cual \"la historia del mundo no es sino la biografía de los grandes hombres\". 

Sin duda que los grandes hombres, los famosos, hacen a la historia, pero qué papel juegan los millones de usuarios que día a día producen millones de cosas que se vuelcan a través de Internet a otros tantos deseosos por consumirlas. 
YouTube tiene hoy más horas en videos que toda la producción fílmica acumula-da hasta el momento. A Mayo de 2009, se sumaban a su videoteca, 20 horas por cada minuto, equivalente a que la indus-tria del cine volcara a las salas más de 100 mil títulos semanales. 

Millones de personas dejan la TV para sentarse en la PC y conectarse a Internet, ya no sólo para consumir. ¡No, para producir! Dedicará tiempo, incluso robándoselo al sueño reparador, a comentar su experiencia con su nueva cámara de fotos, las penurias que pasó en su último vuelo, compartir sus conocimientos, liberar una nueva versión de un programa, a hablar loas de un nuevo restaurante donde probó una exquisita crème brûlée, o tal vez, para hablar de su empresa u organización. 

Crecimos creyendo en \"lo vi en la tele\", las nuevas generaciones, que pasan ya más tiempo en la computadora que en la TV, construyen su imagen desde abajo, desde sus pares, leyendo y viendo lo que otros publican. Es la nueva Internet, la gobernada por los prosumidores, la que resurgió luego del contundente fracaso de las .com cuando intentaron explotar este nuevo medio como un medio de comunicación tradicional, es la Internet acumulativa donde nada se borra, en la que permanecerá lo bueno y lo malo sobre su empresa, la que produjo 200 nuevos blogs desde que empezó a leer esta columna, no importa cuán rápido la lea. 

Es la Web 2.0, colaborativa, participativa, democrática, transversal, igualitaria, propagativa, en la que tarde o temprano tendrá que jugar el partido, con reglas nuevas, complejas, absolutamente no lineales. 

Si su negocio es de consumo masivo, no importa si usted habla o no de su empresa, seguro que otros lo harán y será mejor que lo sepa y lo comprenda, porque de lo contrario no sabrá ni cómo pararse en esta nueva cancha.